miércoles, 26 de septiembre de 2012

25 de Septiembre

No puedo creer que, ayer, cuando quise ver qué era lo que pasaba en Neptuno, no hubiera ningún canal cubriéndolo. Me tuve que meter en la red para poder enterarme de algo. Lo que sucedió este 25 de Septiembre de 2012 es un hecho Histórico y nadie se ha dado cuenta porque a los que dirigen los medios (sobre todo los televisivos) de este país, no les interesa. Soy amante del fútbol, de las series, y respeto (aunque no me guste) a los que ven corazón, pero lo de ayer era realmente importante. No se trataba de entretenimiento, ni de evasión, pero lo que sucedía en Madrid era importante, y era imperativo que se enterasen los ciudadanos de este país.

Estos ineptos que nos dirigen, lo único que van a conseguir con esta actitud despótica hacia los que se quejan, es que se produzca un problema mucho mayor. No se dan cuenta de que su juego político, de izquierdas y derechas, de yo gano y tú pierdes, ya no importa. Ahora hay problemas de verdad, y la sociedad a la que representan, necesita de políticos de talla grande (por muy eufemístico que suene esto).

Un día antes, cuando veo a Cospedal comparando la (aún en ese momento) inminente manifestación del 25 S frente al congreso, con el intento de Golpe de Estado del 23 F, me dan ganas de abofetearla. Y bien fuerte. Como a los niños tontos que han hecho algo muy grave, y que necesitan saber que "eso no se hace". Porque a esta estúpida zorra melindrosa, que seguramente no habrá tenido que pasar hambre en su puta vida de pija, y menos ahora que cobra tres sueldos por cargos que apenas ejerce; no se le ocurre otra cosa que comparar a sus ciudadanos con una panda de militares fascistas. No se trata sólo de que sea un juicio equivocado hacia los que se rompen la espalda pagándole sus astronómicos sueldos mes tras mes, sino que estamos hablando de un acto de irresponsabilidad política supina. Lo último que debería hacer un cargo público es menospreciar a las personas a las que representa. Y menos aún delante de los medios.

Es triste, pero nuestra clase política (y aprovecho para meterlos a todos en el saco) no se da cuenta de que no pueden hacer nada por evitar que su pueblo se rebele. Bueno, sí se dan cuenta, pero no quieren entenderlo. Porque lanzar más policías hacia los que se manifiestan es como tirar sal sobre una herida. Lo único que van a conseguir es que la plebe (porque así es como ellos nos ven, por mucho que alardeen de "democracia") se cabree más y acabe pasando algo realmente desgraciado. Entonces, echarán la culpa a los cabezas de turco de todo lo que está sucediendo: El 15M, los movimientos radicales, etc... Pero los verdaderos culpables serán ellos, por escuchar antes a un puñado de tecnócratas facinerosos (el FMI), más preocupados en mantener al sistema capitalista subyugado a cuatro corporaciones Ultrapoderosas; que a las llamadas de auxilio de sus ciudadanos.

No les quepa duda que lo sucedido ayer irá a más. Pero me preocupa enormemente que ese "más" venga acompañado de "violencia". Desde luego, esto no es lo que queremos los españoles (se consideren o no de esta nacionalidad). Queremos que "más" venga acompañado de "soluciones". Y el gobierno es el máximo responsable de conseguir que suceda lo segundo. Señor Rajoy, tome las riendas de este País, de estos más de 40 millones de personas que le necesitan. Súbase los pantalones de una vez por todas y deje de ser la puta de Europa. Señor Rubalcaba, preocúpese por solucionar los problemas de este país, y no por tomar ventaja de los errores de su adversario. Señores de otros partidos políticos, dejen de pescar en río revuelto (los nuevos partidos, o los otros partidos de izquierda), dejen de aprovechar las circunstancias para vender su producto (los nacionalistas), y dejen, sobre todo, de aprovecharse de sus privilegios políticos.

Don Juan Carlos (y me dirijo a Usted aún sabiendo que estoy causando la risa de muchos ignorantes que nunca se han molestado en documentarse sobre la importancia de sus actos a la hora de crear y consolidar una Democracia)... Haga algo. Usted siempre fue hábil. Está muy claro que, para bien o para mal, su figura es meramente diplomática. Pero invente algo. Algo que nos demuestre que Usted también está comprometido con la causa. Algo que haga creer a sus súbditos que aún vale la pena luchar por este país. Aunque sea demagógico, pero que nos haga ilusionarnos. Quítese el sueldo millonario que no necesita (porque tiene patrimonio más que suficiente para vivir sin él), cuide su vida privada, renuncie a los viajes (y sus correspondientes gastos) diplomáticos hasta que todo se arregle. No sé, algo.

Ahora resurgen con fuerza las voces que piden una Tercera República. Es cierto que este sistema democrático, tal como se creó, tiene muchos errores.Pero se pueden corregir, y se pueden mejorar. Si no le demuestran a su pueblo que esto es así, las voces que piden el cambio de sistema no se apagarán. Y si no cesan, a los que exigen la tercera república se les unirá su némesis: Los que están dispuestos a matar para que no suceda nunca. Las dos Españas. Otra vez.

Señores Dirigentes en general, marquen la diferencia.

Hagan lo que su pueblo le pide:

AYÚDENNOS.


lunes, 17 de septiembre de 2012

Cazando Imágenes (I)

Como podrán ver los pocos fans que tiene este blog, llevo cerca de tres semanas sin sacar una nueva entrada. Concretamente desde el 21 de Agosto. Ciertos acontecimientos han provocado este cortito paréntesis en la regularidad de los artículos publicados en Demonios Interiores.

Lo primero ha sido un cumpleaños criminal, celebrado el 25 de Agosto (aunque yo cumplo el 27, pero no caía en finde), cuyas consecuencias para mi salud duraron cerca de una semana. También ha habido cierta dósis de vagancia, no lo niego. De hecho, no hay nada en la vida que me guste más que no hacer Nada. Porque, como bien dice Jerry Seinfeld, no estar haciendo nada te permite la mayor libertad posible para decidir realmente qué es lo que quieres hacer. En qué quieres invertir tu tiempo. Aunque decir que no he hecho nada, nada, no es correcto del todo. Para empezar, sigo trabajando en la empresa familiar. Luego, también estoy inmerso en la lectura del quinto libro de Canción de Hielo y Fuego, serie de novelas escritas por George RR. Martin, inspiradores de la serie de TV, llamada Juego de Tronos (sobre ambas prepararé sendos posts, analizándolas, tal como hice con la saga de Batman). Pero lo que realmente ocupa mi tiempo y mis pensamientos no está en esas dos facetas, la de trabajador y/o lector.

Llevo desde hace unos meses planificando un rodaje. Sin prisa, pero sin pausa. He escrito el guión, lo he revisado ampliamente (aunque yo personalmente realizo cambios en la trama incluso cuando ya me encuentro en el mismo proceso de montaje), y a estas alturas ya está desglosado (a grandes rasgos, un desglose es la primera fase de preproducción de un proyecto, que consiste en discernir matemáticamente qué requiere cada escena de tu guión para ser rodada). Espero haber rodado gran parte del material antes de que finalice este mes, pero no quiero vender la piel del oso antes de cazarlo. El principal problema es que aún no he encontrado a la protagonista femenina del proyecto. Tanteé a una estupenda actriz, pero su agenda era demasiado apretada. De todos modos, aún no me he rendido a que aparezca en mi corto, y ahora que el plazo para finalizar el proyecto se ha alargado hasta el 1 de Noviembre, volveré a lanzar toda la artillería.

Sí, han leído bien, la película tiene que estar lista antes del 1 de Noviembre, y es por una razón muy especial. El corto será rodado con un teléfono móvil. Una vez que lo ruede, tengo una marca en mi calendario, para enviarlo a un festival de cortos llamado Movilfest Awards, en donde concursan piezas rodadas exclusivamente con Dispositivos Móviles. Muchos pensarán que rodar un corto pensando en presentarlo a un festival no es buena idea (lo mejor es hacerlo sin pensar en nada, y luego ya moverlo, y bla bla bla bla bla), aunque seguro que son los mismos que luego invierten buena parte de su tiempo, dinero y esfuerzos en rodar un corto de tres minutos y medio para Notodofilmfest.

Para mí, hacer este cortometraje con la vista puesta en Movilfest es un acierto, independientemente de que, una vez realizado y presentado, me seleccionen o no para participar. Ya el año pasado concursé con Soy un Héroe (cortometraje entre el documental y el ensayo filosófico, que pronto podrán ver en esta web), y salí encantado de la experiencia. Repito que no es seguro que me seleccionen, de hecho, aún hay que rodar el corto, pero merece mucho la pena intentarlo. El año pasado, Soy un Héroe fue seleccionado en la Sección Canaria, y disfruté como un enano con la oportunidad de que mi trabajo se viera en una buena sala, con un público numeroso, y con la oportunidad de hablar sobre mi película. He estado en varios festivales, y créanme, ni las condiciones de la sala son tan buenas, ni el público tan numeroso, ni la oportunidad de expresarte tan extensa. Así que, por mí parte, sólo por eso, vale la pena.

Sobre las limitaciones que tiene rodar un corto con un teléfono Móvil, permítanme que las matice. Hoy en día, muchos teléfonos vienen con una cámara de gran calidad. De hecho, el móvil con el que lo voy a hacer, graba imágenes con calidad full HD (1920x1080). Lo negativo de ésta reside, por supuesto, en su óptica, que aunque es bastante resolutiva (con un juego de profundidad de campo nada desdeñable para una lente tan pequeña), dista mucho de lo que se necesita para realizar un producto de forma profesional. Aparte, habría que mencionar la dificultad que supone rodar de noche con buenas garantías de luz, aunque sobre todo, y como diría mi amigo Gabriel Di Martino, "lo que más me rompe las pelotas" son los cambios bruscos de diafragma que realiza, sin que puedas hacer nada por evitarlos y/o controlarlos.

No obstante, ya con Soy un Héroe, descubrí un método para solucionar este problema en postproducción (ya les hablaré de ello en otra entrada), y también en ella, surgió mi idilio romántico con ese gran programa de composición digital que es After Effects. Gracias a él, no tengo duda de que puedo sacar petróleo de lo que grabe con mi teléfono. Sin duda, será mi arma más efectiva a la hora de realizar el etalonaje final (corrección de color, también definido a grandes rasgos), y por qué no decirlo, para cierta escena de acción que lucharé por llevar a cabo con éxito.

La mayor ventaja de tener como cámara un móvil reside en su movilidad, sin duda alguna. Puedo realizar movimientos, y emplazamientos de cámara harto complicados de hacer con una cámara profesional, que suelen ser más grandes y más pesadas. Me permitirá, por ejemplo, rodar un plano completamente contrapicado, también conocido como Nadir, sin necesidad de usar una plataforma de cristal para colocar la cámara debajo y al actor encima. Simplemente colocaré el móvil boca arriba sobre una superficie, y ya está. Podré realizar movimientos de cámara mucho más rápidos, bruscos, y violentos, que me ayudarán con una secuencia en concreto.

Personalmente, utilizaré por segunda vez otro truco: Romper la cuarta pared con el espectador. Es decir, ese muro invisible que se establece entre quien ve la película, y el personaje que aparece en ella sin conocimiento de que su historia está siendo visionada. Mi personaje protagonista, al igual que en Soy un Héroe, será consciente de que hay una cámara, y de hecho, hará uso de ella. Creo que hoy en día, aún es necesario este pequeño recurso para contar una buena historia con un dispositivo de estas características. Ojo, es una opinión personal e intransferible, pero yo de momento seguiré este precepto a rajatabla.

Otro problema de rodar con estas condiciones es el sonido. Aunque yo tengo un aparato que permite insertarle al teléfono dos micros Unidireccionales, la calidad de este sonido aún no es la correcta, y encima sufre bastante al ser editada. De todas formas, soy de los que opinan que el mejor sonido (independientemente de la cámara que utilices) es aquél que se graba directamente a la pista de audio de un programa especializado, tipo Protools, o Logic Pro. Mi experiencia, a base de golpes, así me lo indica.

Hoy en día, tenemos miles de posibilidades de rodar con una calidad más que aceptable. Es obvio que de un teléfono móvil, o de una Cámara de fotos, no vas a conseguir sacar una superproducción de Hollywood, pero sí que conseguirás contar una historia, y de eso se trata. Mucha gente se escuda en la falta de medios, o en la falta de presupuesto para no hacer NADA. Intentan realizar sus proyectos con altos presupuestos, y si no los consiguen, no los hacen. Considero que es un error no aprovechar los avances técnicos que tenemos ahora para poder sacar adelante una película. Que una película sea extremadamente modesta, no quiere decir que no pueda ser buena.

Como ya he dicho, esta circunstancia previa a un inminente rodaje, ha hecho que tenga menos tiempo para escribir en Demonios Interiores. Además, apenas he empezado, así que por lo pronto hasta finales de Octubre estaré más que liado con el corto, y no podré prestarle toda la atención que desearía a este Blog. Pero de todas formas, he optado por una solución que evite tenerlo dormido durante más de una semana. He creado una nueva sección que se va a llamar Píldoras Semanales, en las cuales mostraré, de forma breve, las reflexiones que me vengan a la cabeza cada siete días. Serán cortas reseñas sobre algún acontecimiento importante que haya sucedido durante la semana, sobre deportes, sobre algo que llamó mi atención, o sobre cómo obtuve cierto placer tras rascarme el testículo derecho, que me picaba (por ejemplo). Las píldoras saldrán cada viernes, publicándose este viernes la primera. Como llevo tiempo sin escribir, no sólo me limitaré a temas acontecidos la última semana, sino a otros que sucedieron durante el tiempo que estuve "callado" (Lance Armstrong, Tristiano Ronaldo, La Diada, etc...).

Lo que quiero decir, es que igual no podré escribir tres posts semanales como hacía antes, pero procuraré que al menos cada viernes haya uno. Poco a poco, iré sacando algunas entradas más profundas que tengo pensadas desde hace tiempo, pero que irán lidiando con el espacio que me dejen los preparativos del corto.

Bueno, espero que no me hayáis echado de menos... Oh bueno, sí, qué cojones, porque así leeréis este post con más ganas, y esperaréis con ánimo al siguiente. Sois poquitos seguidores, pero creedme, se nota vuestro calor y vuestro afecto como si fuerais legiones.

martes, 21 de agosto de 2012

Las Mejores Películas de la Historia (o por qué le tengo tanta manía a este tipo de encuestas).

Antes me encantaban las encuestas de Cine. Me gustaba saber qué películas eran elegidas entre las diez mejores de la Historia. Aunque si lo pienso bien, era debido a que tenía ganas de conocer qué buenas pelis no había visto. Cuando ya llevas muchos años amando al cine, te das cuenta de que sí, esos filmes como, por ejemplo, Ciudadano Kane, o esos cineastas como Orson Welles, que siempre copan las primeras posiciones de los Rankings, son Grandes con mayúsculas. Pero también te das cuenta de que intentar hacer dogma de este tipo de listas es absurdo.

Una vez que visionas, por continuar con el primer ejemplo, la Filmografía de Welles, te das cuenta (y hablo por mí, como siempre) de que realmente la película que más te gusta de él es Sed de Mal, o incluso encuentras más electrizante algunos de los momentos de Mcbeth, o Fraude, que de Ciudadano Kane. Esta última, eso sí, es un compendio en imágenes de cómo se hace Cine. Cómo se estructura una historia, cómo se rueda, cómo se compone un plano, y cómo se edita. En ese sentido, es la más perfecta de las obras de Welles, y casi podríamos asegurar (aunque estas revistas no se cortan un pelo en hacerlo) que es la más perfecta de las películas realizadas. Pero yo, con todas sus imperfecciones, con todo ese montaje caótico tan poco académico, me quedo con Sed de Mal.

Hace poco consulté dos encuestas de este tipo. Una consiguió indignarme, y la otra corroboró lo escrito anteriormente.

La que me indignó fue la de Cinemanía (sí, esa revista que nació con el propósito de promocionar el cine Europeo, y que pasó a convertirse en la copia sosa de Fotogramas), que por su número 200 hizo una encuesta con las mejores doscientas obras de la Historia. Al comprobar que estaban en ella películas como Snatch (que está entretenida, pero no merece estar en un ranking de los mejores 200 filmes de la historia... ni siquiera en un ranking de los mejores veinte mil), o Drive (y me encanta este filme, pero por favor, no la pongas en la lista), por no decir que El Caballero Oscuro estaba en el número 2 (y AMO esta película, pero colocarla como la segunda mejor peli de la historia me parece excesivo)... Pues me dieron ganas de limpiarme el culo con esas páginas.

La segunda lista que comprobé fue la de Sight and Sound, que realiza una encuesta de este tipo cada diez años. He de decir que, de todas las que he visto a lo largo de mi vida, ésta es la más seria, puesto que la hacen por un lado los críticos de la revista, y por otro, cineastas de todo el mundo. Aunque pueda estar de acuerdo o no con algunos de los títulos que aparecen en ella, creo que esos filmes tienen un mayor calado que los expuestos anteriormente. Es más, si no te quedas contento con la lista final, te deja ver lo que votaron los críticos y cineastas individualmente, y así corroborar el recurrido tópico: Para gustos colores.

Esta década, y por primera vez en la Historia, Vértigo, de Alfred Hitchcock, alcanzó el Número 1 de esta revista. Una maravillosa película, de eso no hay duda, y fans como mi propio hermano estarán contentos con la elección. Pero incluso en este caso concreto, considero que el director británico hizo películas mejores.

Lo que quiero decir con todo esto, no es que mi criterio sea mejor que el de nadie (y menos de directores consagradísimos con los que me pongo a sus pies). Lo que digo es que mi opinión, y la de pepito, y menganito, es tan válida como la de cualquier otro. El decidir qué película es mejor o peor, no responde a parámetros de objetividad. Es imposible. Porque no estamos hablando de cuestiones científicas (y aún así éstas son puestas en duda muchas veces), estamos hablando de Arte.

Si haces una lista de las Quinientas Mejores películas de la Historia, no puedes hacer un Ranking de menos a más, o de más a menos. Tienes que poner las quinientas películas que han sido elegidas, ya sea por votación o lo que coño sea, pero clasificarlas es un error. Porque esto no es una carrera ciclista...

ESTO ES CINE, JODER.

Y aunque establecieras la lista de esta manera no clasificatoria, aún estarías siendo injusto, porque dejarías a muchas fuera. Pero te evitarías el tener que decidir qué obra es mejor. Evitarías inventar argumentos estúpidos, intentando convencerte de que responden a la objetividad, para evaluar un filme por encima de otro.

Sí que es cierto que al final todos hacemos nuestra cábala mental de qué pelis nos gustan más. Todos tenemos un filme favorito... Pero algunos tenemos más de uno. Por tanto, lo que debería primar en estas encuestas no debería ser en qué lugar coloca el encuestado a determinadas obras, sino simplemente que están ahí, mencionadas, y que por tanto merecen formar parte de un registro, ya sea de quinientos, de mil o de dos millones de títulos.

Dicho esto, voy a hacer algo que odio. Una cosa muy típica de bloguerillo chungo que quiere visitas. Voy a invitarles a que escriban (ya sea comentando en este blog, o en Facebook, o en donde coño sea) una lista de sus diez pelis favoritas, y si quieren, de sus diez directores favoritos. No voy a publicar ninguna de esas listas, esto no es una estrategia de blogging de esas. Es sólo por el placer de conocer sus gustos, y que todos nos divirtamos amando el cine. Si lo tienen muy claro, hagan una clasificación, y si no, simplemente reseñen las películas que les gustaron. Yo haré una mezcla de ambas cosas... El blog es mío y hago con él lo que a mí me sale de los cojones ¿estamos?

Ya hice alguna lista chorra por ahí hace tiempo, pero no creo que piense lo mismo que entonces. De hecho, ya he decidido que el próximo año haré una nueva, sin mirar ésta, a ver hasta qué punto he cambiado de opinión.

Ahí va:

MEJORES FILMES DE LA HISTORIA.

1. La Trilogía de El Padrino (Francis Ford Coppola).

2. Uno de los Nuestros (Martin Scorsese).

3. Érase una vez en América (Sergio Leone).

4. Pulp Fiction (Quentin Tarantino).

5. Blade Runner (Ridley Scott).

    La Ventana Indiscreta (Alfred Hitchcock).

    El Cazador (Michael Cimino).

    Carlito´s Way (Brian De Palma).

    Lawrence de Arabia (David Lean).

10. Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock); Vertigo (Alfred Hitchcock); Encadenados (Alfred Hitchcock); Hatari (Howard Hawks); Bola de fuego (Howard Hawks); El Golpe (George Roy Hill); Quitting (Zhang Yang); El Juramento (Sean Penn); JFK (Oliver Stone); Heat (Michael Mann); Sed de Mal (Orson Welles); Scarface (Brian de Palma); Scarface (Howard Hawks); Centauros del Desierto (John Ford); Cantando Bajo la Lluvia (Stanley Donen, Gene Kelly); Manhattan (Woody Allen); El Protegido (M. Night Shyamalan); Espartaco (Kubrick); Ser o no Ser (Lubitsch), Arrebato (Iván Zulueta), Control (Anton Corbijn), Henry, Retrato de un asesino (John McNaughton), The Prestige (Christopher Nolan); Los siete samurais (Akira Kurosawa); Tokio Nagaremono (Seijun Suzuki) y un largo, largo, larguísimo Etcétera.

MEJORES DIRECTORES.

1. Alfred Hitchcock, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola.

2. Brian de Palma, Quentin Tarantino, Howard Hawks, Orson Welles, Sergio Leone, Woody Allen, Stanley Kubrick, Oliver Stone, John Ford, David Lean, Orson Welles, Clint Eastwood, Lars Von Trier, D.W. Griffith, Sergei Enseinstein, Paul Morrisey, David Fincher, Zhang Yimou, Zhang Yang, Akira Kurosawa, y otro largo, extremadamente largo, etcétera.


Sí, soy una zorra tramposa, y no me he mojado en absoluto. Pero es que mojarse significa ser injusto, e intentar guiarte por parámetros que nada tienen que ver con lo extrictamente cinematográfico.


Esta es mi lista, y punto. ¿Y saben qué? es mucho más seria que ésas que se publican en las revistas "especializadas" del género.

jueves, 16 de agosto de 2012

Oda al Fútbol 1 (La Liga)


El fútbol no es un deporte. Es un modo de vida. Para bien o para mal, podemos decir que gran parte de nuestra sociedad, sobre todo la masculina, está supeditada a su tiranía. No se trata sólo del ansia fundamentalista que te inunda las venas cuando juega tu equipo predilecto, que también, sino de todo lo que hemos construido alrededor de él.

No descubro nada si digo que hay multitud de empresas comerciales que deben su sustento, y en algunos casos, su razón de ser, al fútbol. Restaurantes, Destiladoras de Cerveza, Canales de Televisión, tiendas deportivas, casas de apuestas, Fabricantes de Televisores, etc... Todas deben su estatus económico a la mezcla del fútbol con un sentimiento que es único y exclusivo de ese animal social que es el hombre: La Amistad.

Si tuviera que compilar una antología de los mejores momentos que he vivido con mis amigos, les puedo asegurar que en un hipotético Top 10, como mínimo tres de ellos estarían relacionados directamente con acontecimientos futbolísticos importantes. Y otros tres o cuatro más, no tendrían que ver directamente con el fútbol, pero sí con algún partido que ejercía de Mcguffin para historias que contaríamos al día siguiente (no sin cierta resaca), y que yo, personalmente, recordaré toda mi vida.

Eso si estaba en Madrid, donde pasé nada menos que once años de mi vida, y donde espero volver algún día. Pero si estaba aquí, en casa (Tenerife), siempre, siempre, siempre, vivía (y vivo) esos momentos con mi padre, por lo que también tengo muchos grandes recuerdos familiares relacionados con el deporte rey.

Lo que realmente nos apasiona del fútbol no es el deporte en sí. Ni siquiera el resultado. Bueno, corrijo, a lo largo de mi vida he conocido a gente realmente fanática, a la que, (por ejemplo) el mero hecho de que Míchel Salgado estuviera lesionado (y que no hubiera nadie en la plantilla del Madrid para cubrir el puesto de Lateral Derecho en esa jornada), podía provocarle graves problemas de insomnio. Sin entrar a juzgar las pasiones de este hombre (yo podría enumerar algunas burradas que he hecho por ver una película que tampoco serían entendidas para el resto de los mortales, así que no soy quién para criticar), diré que, para la mayoría de los que amamos este deporte, se trata de la liturgia que hay alrededor. Ya sea sentado en la barra de un bar, o en el sofá de tu casa, solo, o mejor acompañado. El vaso de birra fresquita en la mano ("el fútbol sin cerveza, es mierda", lo resumió un día mi querido amigo Juanma), El comentar la más mínima chorrada que tenga (o no) que ver con el partido...

Echarse unas risas.

Durante dos horas puedes decir que eso es lo que estás haciendo: Ver un partido de fútbol, con todo lo que conlleva. Y haces un hueco en tu agenda semanal, sabiendo que al menos dos horas de tu semana irán dedicadas a juntarte con tus amigos a ver el partido de tu equipo, o ni siquiera eso (cuántos partidos del Atlético de Madrid me tragué sólo para tener la excusa de tomar unas cervezas con el ya mencionado Juanma, o cuántos se tragó él del Real Madrid por la misma razón).

Todo esto se magnifica cuando hablamos de acontecimientos internacionales, como una Eurocopa, o un Mundial, pero lo que realmente es el pan de cada día de todos los futboleros es La Liga.

La Liga Española, en concreto, que desde hace años presume de ser una de las mejores del mundo (aunque últimamente esté contaminada del bipartidismo que tanto nos gusta en este país, en todos los ámbitos), es un hervidero de pasiones como no hay otro. Ya dijo Capello una vez que no había vivido en ningún sitio en donde el fútbol se siguiera de forma tan obsesiva como en España. Se llega hasta el límite de que, aunque todos somos o del Madrid o del Barça, luego también animamos al equipo de nuestro lugar de origen. ¿Existe algo más obsesivo, o incluso esquizofrénico? Yo, que soy Madridista, recuerdo con sufrimiento las dos Ligas que el Madrid perdió en Tenerife, pero al mismo tiempo con la nostalgia de una época dorada del C.D. Tenerife, que difícilmente volveremos a ver sus aficionados. Además, cada vez que el Madrid goleaba al equipo de mi isla sufría por ellos, aunque el resultado fuera bueno para el club que adoro.

La situación es peor cuando tu "otro" equipo juega en Segunda División, o en Segunda B, o incluso en Tercera; porque si te quieres enterar de los resultados del mismo, tienes que buscar en la última esquina de la página central del periódico, o en alguna pestaña perdida por la pantalla del ordenador. Eso requiere algo de constancia, y la constancia es prima hermana de la obsesión.

Si un Mundial o una Eurocopa son como campamentos de verano que duran un suspiro, la Liga es un día a día, un maratón. Pero no un maratón cualquiera, sino uno salvaje, con un continuo intercambio de golpes entre los corredores. La carrera de la Liga es un todos contra todos bestial en el que sólo puede quedar uno. Conforme avanza, muchos se van quedando en el camino, dejando que unos pocos, casi siempre dos, lleguen al final, a puñetazo limpio. Siempre llega ese momento en el que uno de los dos acaba por ceder. Unas veces se rinde pronto, otras aguanta hasta el último suspiro. Pero siempre gana uno. En ocasiones el que tiene todas las de perder, golpea con fuerza a su destino, y le roba la victoria al rival. Y por debajo, los que han quedado atrás libran sus propias guerrillas: Unos por clasificarse para competiciones Europeas de mayor o menor nivel, y otros por no caerse del barco de la Primera División.

Y de la trama principal en ese largo culebrón que es la Liga, veremos surgir poderosas subtramas: Goles legendarios, jugadas de escándalo, polémicas, ruedas de prensa calientes (y no, no es una peli porno), árbitros, hazañas, derrotas inesperadas, goleadas, remontadas, espaldinhas, dedos en el ojo, cucarachas, paradas de Iker, Leo Messi, Cristiano Ronaldo, y mucho, mucho más.

A partir de este Sábado, y durante las 38 jornadas que dura la Liga (que no terminará dentro de 38 semanas porque hay períodos de vacaciones, amén de partidos coñazos de Selecciones que no se juegan nada, o que en el mejor de los casos lo hacen contra Islas Feroe), estaremos pendientes del televisor, y de las redes (sociales, sobre todo), para ser testigos de cómo se desarrolla. Las rivalidades irán adoptando matices cruentos conforme vaya avanzando, y crueles en el momento que finalice, ya que los vencedores harán chanzas de los perdedores. Unos dirán que los otros no saben perder, y los otros dirán que los unos no saben ganar. Y se tomarán una cerveza juntos. Hasta la próxima Liga.


miércoles, 15 de agosto de 2012

Sueños Olímpicos (Algunos apuntes sobre los JJOO de Londres 2012)

Siguiendo con la tradición empezada en la Euro 2012, voy a enumerar y comentar algunas cosas que han llamado mi atención en estas dos semanas de Juegos Olímpicos de Londres 2012, finalizados el Domingo pasado.

1. "Eres más sobrado que Usain Bolt".

"O más bien, Bolt, que eres un bolt", esa será la expresión que se utilizará en el futuro para hablar de alguien que pretende ir de genio, o de sabiondo, o de listo. La diferencia con el originador de este dicho será que él, en efecto, es un sobrado. Pero un sobrado de verdad, porque sí, porque no hay Dios que pueda superar a este tipo.

El que inventó la palabra velocista, lo hizo para él, aunque estuviera lejos de imaginar que algún día existiría alguien como el jamaicano. Un ser creado por y para darle el relumbrón que merece a esa definición.

Aunque los años empiezan a pesar, y ya hay corredores de su propio país, como Yohan Blake, que consiguen derrotarle ocasionalmente, y además tuvo que sufrir para revalidar su medalla de oro en la categoría de Cien Metros Lisos; la verdadera dimensión de su grandeza se pudo ver en las otras dos medallas que también reconquistó: La de Doscientos Metros Lisos, y la del Relevo de Cuatro por Cien Metros.

Cuando uno observa la pose de Bolt en la "photo finish" de la carrera de Doscientos, esgrimiendo ese característico gesto de silencio, mientras que casi a un metro vemos a Blake, entregando hasta el último músculo de su ser para alcanzarle, sin éxito alguno, entonces sabe que está ante un momento Histórico.

Lo que tienen las carreras en las que participa este hombre, es que son efímeras, no sólo por el poco tiempo que tardan en alcanzar la meta los corredores (Jamaica hizo el Récord del Mundo en relevos, dejándolo en 37,8 segundos), sino porque no volvemos a saber nada de ellos (o practicamente nada) hasta dentro de cuatro años, cuando regresan los juegos.

Pero los logros de Usain Bolt, y las imágenes que ha dejado, quedarán en nuestra memoria para siempre.


2. Los Herederos Americanos de Naismith (Selección Estados Unidos de Basket).


No son el Primer Dream Team. Lo cierto es que a Kobe Bryant le traicionó el ego, una vez más, cuando dijo eso. Pero es un equipo de leyenda. Estados Unidos ha tenido que subir el pistón (olímpicamente hablando) en dos ocasiones.

La primera vez fue en 1992, cuando, después de haber sido derrotados en semifinales del Mundial de Argentina 90 (hasta entonces la única derrota americana en unos Juegos había sido en la polémica final contra la URRS de Munich 72), y tras observar que el nivel del resto del mundo había aumentado en lo que a habilidades baloncestísticas se refiere, decidió enviar a los mejores jugadores de su liga profesional (la conocida NBA). Ese equipo fue el llamado Dream Team, Equipo de Ensueño, porque en efecto lo era: Michael Jordan, "Magic" Johnson, Larry Bird, Patrick Ewing, Scottie Pippen, y muchos otros. Varios de los mejores jugadores de la historia en un mismo equipo. Evidentemente, arrasaron con todos aquellos que se les pusieron por delante (hay que decir que los únicos países capaces de hacerles frente, La Urrs y Yugoslavia, ambos atesoradores de plantillas legendarias, se habían desmembrado recientemente por cuestiones políticas), y se llevaron el Oro Olímpico a casa.

A partir de entonces, en cada cita internacional iba una representación de los mejores jugadores de la NBA, con la misión de mantener el orgullo patrio de los creadores de este deporte intacto... ¿los mejores? Quizá en el Mundial 94 de Canadá sí (donde su estrella era el flamante Shaquille O´neill), e incluso en Atlanta 96 (en donde se mezclaron jugadores del 92 y del 94). Pero ya en el mundial de Grecia 1998, durante una de las huelgas de la NBA, tuvieron que enviar a una selección de hombres que jugaban en Europa. En los JJOO de Sydney 2000 volvieron las estrellas, con Gary Payton, Ray Allen y Jason Kidd como destacados, aunque no estaban ni de lejos, los mejores jugadores del momento. En 2002, aún ejerciendo de anfitrión del Campeonato del Mundo (en Indiana, la tierra donde James Naismith creó este ilustre deporte), el único nombre consagrado era un ya casi retirado Reggie Miller. Entonces sufrieron la primera derrota desde que jugaban con profesionales. Fue contra Argentina, en la segunda fase de grupos, pero ya en ese instante quedó claro que no iban a salir del torneo airosos. La debacle vino cuando Yugoslavia les eliminó en cuartos de final, provocando que no consiguieran medalla en un campeonato internacional por primera vez en 32 años (en aquella ocasión fue por un boicot de su equipo olímpico a los JJOO de Moscú), y la puntilla se la puso España en el partido por el Quinto puesto.

Hasta en la Web Oficial de USA Basketball omiten el anterior acontecimiento, por alguna extraña razón, aunque no tuvieron tanta suerte los jugadores que acudieron a Atenas 2004. Volvieron a verse jugadores importantes, como Tim Duncan, o Allen Iverson (aunque ya estaba viniéndose a menos), y otros como Lebron James, Dwayne Wade o Carmelo Anthony, aunque entonces aún eran astros incipientes. Lo cierto es que perdieron tres veces a lo largo de aquellos juegos, y lograron la medalla de bronce casi de milagro, por lo que muchos les denominaron como "Nightmare Dream" (equipo de pesadilla). En Japón 2006, con una selección compuesta por James, Wade, Anthony, aparte de Elton Brand, Shane Battier, Dwight Howard o Chris Paul entre otros, tuvieron que conformarse con el bronce de nuevo, y su humillación fue tal, que ni siquiera se quedaron en la cancha para la ceremonia de entrega de medallas (la organización, estúpidamente, accedió a dárselas antes de que se disputara siquiera la final del torneo, un hecho sin precedentes en los Mundiales de Baloncesto).

Fue entonces cuando tuvieron que subir el pistón por segunda vez. Los responsables del Equipo Nacional se dieron cuenta de que ya no bastaba con enviar un grupo de buenos jugadores. El nivel del baloncesto FIBA (Federación Internacional de Baloncesto), encabezado a principios de la década por Argentina, y relevado en 2006 por España, era ya comparable al suyo. Ni siquiera valía con mandar a algunos de los más grandes. Había que llevar a los mejores, y no sólo eso: Tenían que jugar como un equipo.

En los juegos de Pekín 2008, Le dieron continuidad a Mike Krzyzewski como entrenador,
para que formara un equipo en el que destacaban las incorporaciones de Deron Williams y Kobe Bryant, con las de jugadores "reincidentes" como Howard, Bosh, Paul, Wade, James o Anthony. Se llevaron el Oro de calle, y sólo encontraron resistencia en la final, en el que muchos consideraban (después de la final del domingo habría que reflexionar si lo sigue siendo) el mejor partido FIBA de la historia.
Con la misma fórmula fueron al mundial de Turquía en 2010, con la novedad de un Kevin Durant estelar. Y ya en estos juegos ha sido el apoteosis.

No me cabe duda de que el Dream Team de Barcelona 92 fue el mejor, pero desde luego el equipo compuesto por Bryant, Durant, James, Anthony, Love, Harden, y compañía, no le va a la zaga. Ha sido el único equipo americano, desde que traen a sus profesionales, al que no se le ha visto ningún ramalazo de prepotencia. Han celebrado encarnecidamente todas y cada una de las jugadas claves de todos y cada uno de sus compañeros, como un equipo. Sin despreciar a los rivales. Ver a los dos jugadores que van a definir el futuro de la NBA, James y Durant (con permiso de Blake Griffin), batiéndose el cobre, sin importarles quién tiene más o menos minutos en cancha, o al denostado Carmelo Anthony dando la mejor versión de sí mismo, me hizo comprender que estos tipos se merecían el Oro.

3. Los Herederos Europeos de Naismith (Selección Española de Ba-lon-ces-to).



El Baloncesto tiene una deuda pendiente con España. La mejor Selección Fiba desde 2006, tiene una medalla de oro en un Mundial, y dos en los Campeonatos Europeos, pero las dos platas Olímpicas son una losa en el palmarés de esta generación de gloriosos jugadores. Los llamados Chicos de Oro. Es duro, porque encima han perdido ese oro que les define jugando los dos mejores partidos de la Historia del Baloncesto Fiba (aquél que no pertenece a la NBA, aquél que conserva algunas normas diferentes a las del baloncesto Norteamericano profesional, el baloncesto del resto del mundo, vamos).

La Selección Argentina, la que en su país llaman la Generación Dorada (qué glorioso paralelismo), no consiguió ningún Mundial, pero estuvo en el lugar adecuado, en el momento adecuado (Atenas 2004), y se llevó un merecido Oro Olímpico a casa. Será algo que podrán decirle a sus hijos y nietos.

Pero los españoles tendrán que conformarse con contarles a sus familiares futuros que, en dos ocasiones, se enfrentaron a la mayor pléyade de baloncestistas de la historia.

Y en ambas le pintaron la cara a la mayor potencia mundial de este deporte.

España no jugó su mejor torneo. Sigo pensando que Scariolo no ha sido un buen seleccionador Nacional, y sigo pensando que no ha sabido sacarle todo el jugo a sus pupilos, que le han salvado en más de una ocasión, y en más de un campeonato. Incluso pienso que no estuvo a la altura con ciertas decisiones en la final. La tragedia de todo esto, es que ha ostentado el cargo durante casi cuatro años, y posiblemente no le queden muchos más a la base de este equipo (Gasol, Navarro, Calderón, Felipe). Lo que sucederá después, no lo sabemos, pero esta generación se acaba.

Lo cierto es que, si algo han demostrado estos chicos, es que su talento es su divisa, y que da igual lo mal que estén llevados. Al final siempre lo sacan a pasear.

El último cuarto de la semifinal contra Rusia, fueron los primeros diez minutos de todo el campeonato olímpico en los que España fue España. A pesar de eso alcanzaron una semifinal, y a pesar de eso también, llegaron a tiempo. A tiempo para que los jugadores se dieran cuenta de que siguen siendo los mismos, y de que podían plantarle cara a la todopoderosa EEUU en la final.

El partido me recordó a esa escena de la película Troya (la recreación realista de los cantos griegos de Homero, dirigida por Wolfgang Petersen, con guión del cocreador de la serie Juego de Tronos, David Benniof), en la que Aquiles se enfrenta a Héctor. Ambos libran un cruento combate, muy igualado, en el que el todopoderoso Aquiles, para su sorpresa, es rozado en la coraza por la espada de Héctor, algo que nadie había conseguido nunca. Posteriormente, tras un arrasador ataque del hijo de Peleo, Héctor tropieza y se lesiona el pie. El combate ya tiene vencedor, y Aquiles tarda poco en consagrarse como tal, asesinando al Príncipe de Troya.

Algo similar sucedió en la final que pudimos ver el Domingo de Clausura en Londres 2012. España plantó cara a Estados Unidos, llegando a ponerse por delante en varias ocasiones. El tercer cuarto de ese partido es la mayor exhibición de baloncesto (por un combinado y otro) que he visto en mi vida. Hubo un momento concreto, que el partido se convirtió en eso que tanto odian los entrenadores y los "entendidos" del baloncesto: Un correcalles con todas las de la ley, con contraataques continuos, robos de balón, triples de un lado, mates del otro. El Baloncesto hecho placer, convertido en Pornografía.

España hizo lo que ninguna otra Selección durante el Campeonato (ni siquiera Lituania, que también plantó cara, ni Argentina, que se desinfló en el tercer cuarto): Llegó viva al último cuarto del partido. Rozó la coraza de Estados Unidos. Pero entonces Durant sacó la metralleta a pasear, y James el rifle de repetición. España tuvo opciones hasta el final, pero perdió, con una ventaja en contra de siete honrosos puntos.

Pau Gasol, en el banquillo, tenía la mirada insatisfecha del hombre que sabe que ha estado a punto de marcar un Hito, pero al mismo tiempo la de alguien contento por la altura alcanzada. No sé si la Selección Española superará esa muesca algún día, pero parece poco probable que lo haga con esta generación crepuscular de jugadores. En cualquier caso, lo logrado es Histórico, no sólo para el baloncesto Español, sino para el baloncesto generado fuera de las fronteras americanas, acostumbrado a ir siempre un paso por detrás, y que ahora puede mirar directamente a la cara de estos.

No sé si hay otra vida después de esta, pero si la hay, les aseguro que Naismith se sintió feliz de ver cómo aquel deporte que creó para entretener a sus alumnos de Educación Física en un colegio de Indiana, alcanzaba niveles de obra de arte gracias a estos dos grupos de Héroes Mitológicos del Baloncesto.


4. Más humano que cualquier humano: Michael Phelps.

Reconozco que no he seguido muy de cerca la carrera de este hombre. Ni siquiera en estos juegos estuve muy atento a la posibilidad de que lograra ese récord Histórico de medallas Olímpicas, pero no reflexionar sobre tamaña heroicidad en un artículo sobre los JJOO sería un delito.

La superación más difícil de conseguir es la de uno mismo. Los límites más complicados de superar no son los que te ponen esos agentes exteriores que se hacen llamar personas. Los límites realmente difíciles de superar son los que te pones tú mismo. ¿Cuántas horas eres capaz de luchar? ¿Cuántas horas eres capaz de dedicarle a lo que quieres ser, a tu pasión? ¿cuántas horas de sueño eres capaz de sacrificar para llevarla a cabo? ¿Cuántas cosas eres capaz de sacrificar para lograr tus deseos?

Eso es Superación. El Deporte es un catálogo de ejemplos de este tipo: Mohamed Alí (que revalidó su título de Campeón Mundial de Boxeo a los 32 años, después de años inhabilitado por negarse a ir a la guerra del Vietnam), Michael Jordan (amén de ser hexacampeón de la NBA, demostró a todos que era algo más que un anotador, mejorando en varios aspectos del juego) Mark Spitz (Logró el récord Histórico de Medallas Olímpicas en Natación hasta que Phelps lo superó), Nadia Comaneci (Logró el primer ejercicio perfecto en Gimnasia, con un diez de nota otorgado por todos los jueces), Sergei Bubka (Batió hasta 35 veces su propio récord del mundo en Salto con Pértiga), o la propia Larissa Latynina (Gimnasta Artística, que ostentaba el récord de Medallas Olímpicas hasta que llegó Phelps). Todos ellos son personas que han sabido serlo hasta las últimas consecuencias. Que han explotado los límites de su humanidad hasta extremos nunca antes conocidos.

Michael Phelps es uno de ellos, y como tal, merece ser recordado. No sólo para su propia gloria personal, sino para inspirar a los que observamos su hazaña, y a los que oirán hablar de ella en el futuro.

5. Deportes que no volveré a ver hasta dentro de cuatro años.


El Hockey Hierba. Y mira que me da pena, porque es un deporte bastante interesante. Por alguna razón que no logro comprender, incluso me interesa más que el Hockey Patines, o el Hockey Hielo. Pero a no ser que me vaya a Barcelona, y concretamente a Terrassa, donde se desarrolla este deporte en España, con dos familias que lo practican desde hace décadas, me parece que tendré que conformarme con volver a verlo en Río de Janeiro 2016.

Natación Sincronizada. Bueno, aún éste lo veo cuando hay algún Mundial o algún Europeo. Es un deporte bastante interesante técnica y artísticamente hablando, pero la verdad que no seré muy seguidor de sus quehaceres semanales.

Canoa. Éste es el arquetipo de deporte que no volveré a ver hasta dentro de cuatro años. Jamás me acuerdo de David Cal hasta que llegan los Juegos Olímpicos. Y mira que ya se ha convertido en el mejor medallista de la Historia de España. Pero volveré a olvidarme de su nombre hasta 2016. Este año, ni siquiera estaba seguro de si competía. Por suerte, sí lo hizo, y vaya carrerón se pegó.

Taekwondo y Vela. Dos deportes que me importan tan poco en mi vida diaria que hasta los sitúo juntos, aunque no tengan nada que ver el uno con el otro. Y me da rabia porque son los dos deportes que más medallas nos han dado en estos juegos (y la Vela es el que más nos ha dado históricamente), pero no consigo que me interesen.

Otros: El Waterpolo, Tiro con Arco, Lucha Libre (bueno, a veces me da por ver Pressing Catch, pero no es lo mismo ¿no?), Badmington (ni siquiera lo veo en los juegos), Voleibol (odio el voleibol, dicho sea de paso), y muchos, muchos más.

6. Deportes que me gustaría ver en unas Olimpiadas.

Futbol Sala. A mí no me toques los cojones. Si hay Voley Playa tiene que haber Fútbol Sala. Si hay Natación cien metros "su puta madre", tiene que haber Fútbol Sala. Si hay Tennis de Mesa, no me jodas, hombre, no me jodas... Tiene que haber Fútbol Sala. Sería algo que terminaría de consagrar un deporte espectacular. Es más, si quieres quita el Fútbol grande, que no van sino niñatos, y pon el Fútbol Sala. A estas alturas, con una Selección que ha sido "nosécuantas" veces campeona del Mundo, ya llevaríamos un chorro de Medallas. 2016 sería una cita interesante para este deporte, con una posible final entre los dos países punteros: España, y la que sería la anfritriona, Brasil. Sólo lo comento.

Hockey Patines. Sé que ya hay Hockey Hierba, pero me apetece ver este deporte en unos juegos. Creo que también nos llevaríamos medalla seguro, pero aparte considero que una final España-Argentina sería espectacular.

Kite Surf, Surf, Windsurf. Éste último ya lo era, pero lo han quitado. Creo que son deportes muy interesantes, aunque se dependa en exceso de costas que generen buenas olas, o grandes vientos. Hay muchos deportistas Históricos en estas modalidades, ejemplos para cualquier tipo de deportista (se me viene a la cabeza Kelly Slater), que no poseen un Oro. Y eso tiene delito.

Street Basket. No, no se rían, no es coña. Me remito a lo que dije antes con el Fútbol Sala. Si hay Voley Playa, o Tennis de Mesa, que son deportes que la gente de a pie suele practicar como mero entretenimiento, o en el caso de Voley Playa, como complemento al Voleibol, ¿Por qué no podría tener cabida esta modalidad de baloncesto? Desde hace años, se juegan competiciones internacionales, en las modalidades de 1x1, 3x3, y 5x5, con algunas reglas diferentes al Baloncesto Profesional (Sistema de puntuación por canasta, límite de tiempo jugado, gana el partido el equipo que logra llegar a los 15 puntos, etc...). Éstas están organizadas, en su mayoría, por grandes marcas deportivas, y juegan muchos amateurs, pero también hay un circuito profesional muy interesante. Las imágenes que hay de estos torneos, donde prima el espectáculo por encima de todo, son impresionantes. Creo que habría que considerarlo seriamente como una opción Olímpica.

7. Los Juegos Olímpicos se merecen una retransmisión televisiva como Dios manda.

Me van a perdonar, pero Televisión Española ya no es lo que era (bueno, en información general estaban en uno de sus mejores momentos, pero ha llegado el PP para cargárselo). En realidad nunca fue gran cosa en lo que a retransmisiones deportivas se refiere. Dirán lo que quieran los ortodoxos del periodismo deportivo, pero las narraciones futbolísticas de José Angel De la Casa eran infumables, y doy gracias a la aparición de Carlos Martínez en Canal Plus (aunque odio las retransmisiones deportivas de La Sexta... ni tan calvo, ni con dos pelucas).

Pero al menos antes había grandes periodistas del género en la cadena pública. Ya hace tiempo que no sale un Matías Prats (hijo y padre), o una Olga Viza. María Escario sigue, pero se encarga de las noticias. Paloma del Río es la única que da el cayo, pero es que la señora es una superviviente de generaciones anteriores. Los narradores y periodistas de ahora no dan el nivel. Es un hecho. Ahora que trabajar en la cadena pública no es el culmen de una carrera periodística en este país (y menos en lo que a Deportes se refiere), en TVE no quedan sino los que se aferran al puesto con uñas y dientes.

Paloma del Río
Este año, al menos, han tenido la decencia de unir a las aberrantes narraciones, comentarios de especialistas en cada deporte, a destacar Jorge Garbajosa y Mario Pesquera en Baloncesto, Alberto Urdiales en Balonmano, Genma Mengual en Sincronizada, y sobre todo Almudena Cid en Gimnasia Rítmica, entre otros.

Pero ni los comentarios acertados de estos grandes profesionales han podido eclipsar la torpeza (porque no tiene otra palabra) en la forma de expresar el deporte, de los Ernest Rivera, Fé López, Marta Solano, Silvia Barba, Lourdes García Campos y demás.

Los JJOO son el evento deportivo más importante que existe, junto con los Mundiales de Fútbol, y se merecen una retransmisión como Dios manda. Lo malo es que quizá la única cadena con profesionales de entidad para poder cubrir bien un evento como éste, es Canal Plus. Pero no es viable, en absoluto, unos Juegos en Retransmisión Privada. Una pena.


Brasil no queda tan lejos. Al calcularlo, pienso que sería hermoso que este blog siguiera en activo en 2016. O más allá. Quién sabe.

lunes, 13 de agosto de 2012

Una Cuestión de Moral


Tengo que admitir que cuando leí por la red lo del robo en dos supermercados perpetrado por Sánchez Gordillo y varios miembros del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), tuve un ataque de deformación profesional (mi familia, como ya he dicho, gestiona una cadena de supermercados), y me dispuse a investigar exactamente qué grandes superficies habían afanado.

No les voy a negar que, en cierta forma, me alegré de que los establecimientos escogidos para efectuar dicho acto pertenecieran a dos de las compañías que amenazan la estabilidad económica de mi negocio (Mercadona lleva años forjando un imperio en Canarias, y Carrefour anda en gestiones de construir un centro comercial de 40.000 metros cuadrados en el sur de Tenerife, lo cual previsiblemente aniquilará cualquier iniciativa comercial existente en la zona). Pero me gustaría hacer una reflexión pausada sobre el asunto, intentando abarcar los diferentes aspectos antagónicos que lo componen.

Antes de continuar escribiendo, voy a aclararles una cosa, para no dar pie a que los fachas, rojinazis, nazis a secas, y demás fauna sociopolítica española, empiecen a esgrimir sus argumentos gilipollescos contra mi persona: Sólo voy a juzgar el hecho en sí, y sus consecuencias. No voy a entrar a valorar al personaje protagonista de la historia (puesto que no lo conozco), ni a su partido, ni al sindicato que lidera (y al que tampoco conozco por razones obvias  geográficas), porque no quiero que mi análisis se vea contaminado por cuestiones de ideología política (como sí ha sucedido, lamentablemente, con la cobertura que la prensa nacional ha dado a la noticia).

Sí les advierto que no seré capaz de mantener la objetividad en los problemas que atañen al negocio de mi familia, aunque prometo intentarlo.

El caso es que observo una entrevista que le realizan al Señor Sánchez Gordillo en un programa que responde al sutil nombre de "Al rojo Vivo". Los argumentos que esgrime para justificar el robo remiten a una sociedad andaluza desangrada por una tasa de Paro del 39 por ciento, a familias que no tienen qué comer, y sobre todo a un gobierno más preocupado por salvar a los bancos que a sus ciudadanos.

Es la primera vez que veo una entrevista a este hombre (conocía ciertas cosas sobre el Municipio de Marinaleda, pero no demasiadas), y no puedo evitar que me provoque cierta simpatía. Dice verdades como puños, aunque hoy en día hay muchos políticos que lo hacen. Es fácil hacerlo, todos sabemos lo que está mal, pero no tan fácil actuar en consecuencia. Este señor se ha desmarcado de ellos dejando atrás las palabras y cometiendo un acto. Sí, un robo, estamos de acuerdo, pero un acto al fin y al cabo.

Es totalmente cierto, por ejemplo, que Mercadona tira alimentos diariamente, de hecho todos los establecimientos alimentarios se ven obligados a hacerlo, debido a la absurda norma de la Comunidad Europea, que exige que todos los alimentos tengan fecha de caducidad (incluso aquellos que no necesitan tenerla, como el aceite, el vinagre, o incluso el agua). Es inmoral la cantidad de comida que se desperdicia, y ya hay algunas voces en el parlamento Europeo que quieren abolir la norma.

Aunque quizá lo más flagrante, continuando con Mercadona, es que adquiera la mayor parte de sus productos perecederos (la fruta y las verduras en especial), de extensas fincas situadas en Sudamérica. Este hecho, sumado a la política de su presidente Juan Roig de dar más cabida a sus productos de marca blanca, en detrimiento de los de las marcas de toda la vida, ha provocado que buena parte de los proveedores de las comunidades españolas en donde hay supermercados de esta compañía, no hayan tenido más remedio que, o bien cerrar su negocio, o bien ceñirse a las tiránicas condiciones impuestas por la empresa valenciana.

Un proveedor, para el que no lo sepa, es un intermediario. Un empresario, sí, pero no uno de esos que van con ahí conduciendo su Rolls Royce puro en mano. Un proveedor es un comerciante humilde que se dedica a distribuir un producto: Coca Cola, Pepsi, Albo, Pringles, el que sea. El proveedor se lleva un dinero por este servicio, lo que provoca que el producto se encarezca. Lo que hacen Mercadona, Carrefour y otras grandes superficies es saltarse al intermediario, pasar por encima al proveedor. Y esto lo hace mediante la contratación de fábricas que producen en serie exclusivamente para ellos. Es muy fácil, son fabricantes de poco fuelle económico, que prefieren ahorrarse el dinero en publicidad, y vender su producto con la etiqueta del propio Supermercado. La mencionada Marca Blanca. Los pocos proveedores que sí trabajan con ellos, lo hacen bajo unas condiciones brutales, que no les resultan todo lo rentables que les gustaría, pero aún así les genera unos ingresos a los que no pueden renunciar, ya que apenas le quedan sitios para escapar: La mayoría de empresas minoritarias han desaparecido, o bien absorbidas por el franquiciado de grandes cadenas (Eroski, Caprabo...), o bien agotadas por sus titánicos rivales.

Ésa es la razón por la que Mercadona, Carrefour y otras grandes superficies, venden a precios más asequibles que las minoritarias.

Claro, a ustedes les preocupará un carajo, mientras le salga más barato comprar la comida, pero en realidad les importa más de lo que creen. Mucha gente piensa que si abren uno de estos comercios en su barrio le están haciendo un favor (precios baratos para el cliente, y muchos puestos de trabajo para los ciudadanos), pero eso es porque somos una sociedad con tendencia a no detenerse en los matices.

El hecho, aunque no sé si el tal Sánchez Gordillo ha pensado en eso, es que tanto Carrefour como Mercadona son empresas que se han beneficiado de jugosos acuerdos (en construcción y en tasas de importación) con los diferentes gobiernos de cada lugar de España, y que gracias a esto han subido como la espuma. Por muchos empleos que generen, el dinero se va, o bien para Valencia, o bien para Francia, y por tanto es susceptible de desaparecer en cuanto dichas potencias lo estimen oportuno.

Me explico: Si hay una fábrica de Citroën en Vigo, acarreará un aspecto positivo: Habrá miles de puestos de trabajo. Pero vendrá acompañado de otro negativo: Cuando esa compañía decida que necesita cerrar la fábrica, todos esos empleos se irán al garete. Por tanto, si tu Comunidad Autónoma prefiere favorecer a multinacionales en lugar de a comerciantes locales, lo que generará (aparte de un patrimonio generoso para el político de turno) será una economía dependiente de esas multinacionales. Si éstas se vienen abajo, nuestra economía local también, puesto que no habrá referentes similares en cuanto a volumen, ya que estas multinacionales habrán fundido a todos los empresarios del lugar.

Gordillo, que a pesar de tener dificultades al pronunciar algunas palabras en castellano, demuestra expresarse con propiedad, y poseer bastantes conocimientos en materia económica (llegando a citar a autores expertos), decide robar en establecimientos multinacionales porque, de alguna manera, es consciente de lo mencionado anteriormente. Podría haber ido a Supermercados Dani, una potente cadena andaluza con más de una docena de establecimientos en la comunidad. Pero él sabe que ellos no son el enemigo.

En ese sentido, me parece una jugada coherente, puesto que ha puesto sobre el tapete un problema que acucia a todo el país, sin perjudicar, a priori (y ya explicaré más adelante por qué sólo "a priori"), a los que estamos en tierra de nadie con toda esta situación de crisis: Los pequeños y medianos empresarios. Y digo esto porque esa gente, en su mayoría Autónomos, decidió un día jugarse los cuartos con la promesa de una vida mejor, para años después darse de bruces con la cruda realidad... Ostentar más propiedades no te genera mayor poder adquisitivo, pero sí te convierte en una víctima más fácil de desvalijar por aquellos Bancos o empresas multimillonarias cuya hambre de dinero (y he aquí el problema general de esta crisis), supera con creces al hambre de las personas necesitadas de comida. Los que nunca tuvieron más que un empleo pierden toda su vida de golpe. Pero los que han creado una empresa, la han desarrollado, y sufren cómo esta se derrumba instantáneamente por cuestiones que no tienen que ver con una mala gestión, sino por las prácticas facinerosas de cuatro multimilonarios... Esos acaban peor, mucho peor, ya que tienen que empezar de nuevo, y con una cuenta corriente llena de dígitos negativos. Pierden su vida, y la siguiente.

Gordillo ha atacado directamente en la yugular del capitalismo, robando en una multinacional que, al mismo tiempo, es un comercio de alimentación. Ha ido directamente a por dos símbolos del capitalismo español y europeo (¿qué otro negocio se puede mover tan expansivamente como una cadena de supermercados?). Y lo ha hecho sin caer en el comunismo fácil de atacar a todo aquel que posea un capital, sin importarle la naturaleza del mismo. Gordillo sabe que Mercadona, por ejemplo, es de esas pocas empresas españolas (Inditex sería el otro gran ejemplo) que no sólo no se han visto perjudicadas por la crisis, sino que se han visto beneficiadas. Y me van a perdonar los señores Juan Roig y Amancio Ortega, pero si un barco está a la deriva, y Ustedes son los únicos capaces de salir del mismo sólo puede deberse a una razón: Están siendo ayudados a escapar por las ratas que siempre saben cómo abandonar un barco naufragado.

Por tanto, en lo que se refiere a la naturaleza social del acto, considero que es correcto. La naturaleza moral... eso ya es otro cantar.

Él mismo admite que todo esto es una estrategia publicitaria para llamar la atención sobre un problema. Pero yo estimo que es aquí donde precisamente disiento con él. Las campañas publicitarias son poderosas, pero como todo profesional del sector sabe, cuando éstas adquieren un poder notorio, tienden a perder por el camino el significado u objetivo primario de la misma. Todos conocemos aquel anuncio en el que un tipo veía venir un coche a toda velocidad, y lo único que era capaz de captar era la frase de James Brown "give it up, now", que él reproducía como "guiropaaaaa". Se convirtió en un fenómeno social de grandes dimensiones: Todo el mundo repetía la palabrita pero... nadie sabía decirte a ciencia cierta cuál era el modelo del coche. Sucedió lo mismo con aquella moda de llamar por teléfono y gritar "wasuuuuuuuuup!!!!" (que yo reconozco sigo utilizando con uno de mis mejores amigos). La moda llegó a España, pero no fue hasta meses después cuando se supo que venía de un anuncio de cerveza, y mucha gente lo ignora aún.

Cuando se trata de algo tan serio como robar en un supermercado, si la estrategia publicitaria adquiere gran tamaño, puede tornarse en algo peligroso. Dos días después del suceso, un tipo amenazó con reventar la luna de un establecimiento alimenticio con una piedra, en el norte de Tenerife. Normalmente la masa tiende a comprender mal lo que un individuo propone. Sánchez Gordillo decidió robar en dos grandes superficies. Pero él sabía lo que hacía, y por qué, e iba respaldado por un sindicato donde las decisiones se toman mediante asamblea. Pero ¿y si las cosas se complican? ¿y si otros, menos organizados, deciden seguir su ejemplo? ¿Creen que se pararán a pensar si tal establecimiento pertenece a una multinacional, o si pertenece a Pepito Martínez, que es un empresario modesto de un pueblo de dónde coño sea? yo, desde luego, creo que no.

Ya les digo, no voy a entrar a juzgar si todo es una maniobra política, o si de esto se van a beneficiar el susodicho y su partido (cosa que dudo, ya que hubo algunas voces discordantes en el seno del mismo, y el propio Gordillo criticó que IU pactara con el PSOE en Andalucía), pero sí, como dije antes, tiene una intención publicitaria, y yo no estoy de acuerdo con ninguna de ellas, cuando de aspectos sociales se trata. Si quieres vender una moto, haces publicidad. Pero si quieres vender motivaciones sociopolíticas, entonces estás entrando en un terreno pantanoso.

Si el tal Gordillo hubiera robado tales superficies con la verdadera intención de alimentar a niños y familias necesitadas, y hubiera sido pillado en el acto, entonces consideraría el robo como un acto positivo. Pero él sabía de sobra donde terminaría todo eso, y aunque esas familias han acabado recibiendo la comida, lo que de verdad le importaba era que se supiera lo que estaban haciendo (¿cómo es posible que las cámaras estén en el supermercado donde se cometió el hurto, si no se les ha convocado antes?). Por tanto, es un mero acto publicitario, y como tal, lo considero inmoral. Tan inmoral como las prácticas de los partidos mayoritarios a los que ataca (y a fé que lo son). Y repito, hay muchos aspectos positivos en este suceso, sobre los que conviene reflexionar (tal como hicimos arriba), pero hay uno en concreto, que puede acabar por envenenar las consecuencias derivadas del mismo.

El Señor Sánchez Gordillo puso la guinda al pastel apareciendo el Sábado pasado en Telecinco, en el programa La Noria... Uy, perdón, quería decir El Gran Debate, disculpen por el lapsus. No voy a negar que estoy cien por cien de acuerdo con su discurso, sobre todo en lo que a los bancos se refiere. Pero no con hacer de la política nacional un circo. La imagen televisiva más triste de este año es la de Gaspar Llamazares discutiendo "a lo Belén Esteban" con el Director del periódico ABC. El punto culminante, el colofón visual... el reflejo de una sociedad enferma.

Ver a Gordillo en ese programa, entrando en el juego de espectáculo grotesco al que nos tienen acostumbrado los personajes del papel cuché, debatiendo contra personajes que no están ahí por su bagaje político sino por su habilidad para la polémica (en el sentido más pornográfico de la palabra), ofreciéndose además, a ir más veces al programa, hace que pierda todo respeto por la iniciativa llevada a cabo por él, y por el Sindicato Andaluz de Trabajadores.


jueves, 9 de agosto de 2012

La Gomina te hace más guapo, pero no más listo (o ¿por qué Scariolo me parece un mal seleccionador?)

A mí me la trae floja que el Seleccionador de España, ya se trate de Baloncesto o de cualquier otro deporte, sea extranjero. Es cierto que hay grandes profesionales en este país que podrían cumplir esta función, sin tener que recurrir a nadie de fuera. Pero no me parece mal que, de vez en cuando, venga alguien foráneo y nos muestre formas diferentes de hacer las cosas (según tengo entendido, hace poco tuvimos un seleccionador de Hockey Hierba holandés, y eso nos ayudó a vivir un salto de calidad en este deporte). Así que, por mi parte, no profundizaré más en ese aspecto de la polémica en torno al entrenador italiano Sergio Scariolo.

El Mundial Junior de Lisboa, el inicio de todo.
Lo que sí hay que reconocerle a este tipo, así de primeras, es que ha sido listo. Ha sabido estar en el momento adecuado en el lugar adecuado. Es decir, tiene en sus manos un elenco de jugadores históricos, no sólo a nivel nacional, sino mundial. Los Gasol, Navarro, Felipe y Calderón forman parte de esa generación que se fraguó tras el oro en el mundial junior de Lisboa en 1999 (aunque ya habían presentado sus credenciales en el Mundial oficioso sub-18 de Mannheim). Las expectativas creadas entonces por ese equipo se multiplicaron después de que Pau Gasol fuera elegido en el número 3 del Draft de la NBA. Cuando por fin esos Juniors pasaron a formar parte esencial de la medular de la Selección Absoluta, tardaron unos añitos en convertirse en la máquina de ganar que son ahora. El bronce del Europeo de turquía en 2001 y la plata en Suecia 2003, vinieron acompañados de sendas caídas en cuartos de final, en el Mundial de Indianápolis 2002 y en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Después pasar un año de transición en el Eurobasket de Serbia y Montenegro de 2005 (donde Pau no pudo participar debido a la prohibición de su club de entonces, los Memphis Grizzlies), llegó el apoteosis. En 2006, en Japón, con un equipo perfectamente cuajado y encima reforzado por jóvenes jugadores como Rudy Fernández, Sergio Rodríguez o Marc Gasol, no nos tosió nadie, y nos llevamos el título Mundial. En 2007, Rusia nos arrebató el oro en nuestra propia casa. En 2008 perdimos el oro olímpico de Pekín contra EEUU, en el que muchos consideran el mejor partido FIBA de la Historia, y en 2009 y 2011 arrasamos en Europa (el mundial de 2010 es mejor obviarlo porque no estaba el equipo completo).

El Mundial de 2006 en Japón, fue la consagración de los llamados Juniors de Oro, también conocidos como ÑBA.
El caso es que durante toda esa secuencia que comprende nada menos que once años, cogieron el mando de la Selección la friolera de séis entrenadores. Todos ellos consiguieron algún logro reseñable, y alguno de ellos incontestable (el oro de Pepu Hernández en 2006), pero nadie se mantuvo en el cargo mucho tiempo. Precisamente, el único problema que tenía esta generación de oro, es que no conseguía obtener la estabilidad de un entrenador fijo, pero aún así su talento fue tan enorme que no parecían necesitarlo. Pepu pudo ser el hombre, pero sus intereses se cruzaron con los de José Luis Sáez, presidente de la federación, y ahí acabó su historia.

El único entrenador lo suficientemente inteligente como para mantenerse en lo alto de ese ochomil que era el Combinado Español, fue Sergio Scariolo. Fue, y es, el más criticado de todos los que han ostentado el cargo, pero es el que más tiempo se ha mantenido en él desde los tiempos de Lolo Sáinz. Lo ha tenido claro: Tengo oro molido en mis manos, y muy gilipollas debo ser para no sacar provecho de esto.

"Pepu pudo ser el hombre, pero sus intereses
se cruzaron con los de José Luis Sáez"
Este último hecho aún puede demostrarse, pero la verdad es que ya sus pupilos le salvaron el culo en Polonia, en 2009, cuando después de una horrenda fase de grupos, sacaron la casta de campeones a pasear y jugaron algunos de los mejores partidos que se les recuerda como equipo. En 2010 las críticas fueron amortiguadas por la ausencia de Pau Gasol, y en 2011 totalmente silenciadas por la aplastante victoria en Lituania.

A lo tonto, ya tiene dos títulos continentales en su zurrón, y no me cabe duda de que se llevará una medalla en estos juegos. Ha sido listo, porque ha sabido aprovechar el Hype de esta gran generación de baloncestistas, consciente de que en breve entrarán en fase descendente. Cuando se vaya se llevará un currículum impagable, que le permitirá elegir el club que le dé la gana entrenar, al precio que le dé la gana cobrar.

Pero ése es el único mérito que voy a otorgarle. Porque en mi opinión, y no soy un experto, pero llevo siguiendo a esta Selección desde mucho antes de que llegaran los juniors de oro, NO HA SIDO CAPAZ DE SACARLE TODO EL JUGO A ESTE EQUIPO.

Ha tenido la enorme suerte de que todos ellos juegan de memoria, como aquellos soldados de Esparta que en la batalla cubrían al que tenían al lado con su escudo, sabiendo que otro les cubriría a su vez a ellos. Llevan años formándose como equipo, y ni siquiera el tipo más egocéntrico del mundo puede cambiar eso.

Por poner otro ejemplo engominado, hubo un maravilloso entrenador llamado Pat Riley, que comandó al equipo que mejor baloncesto ha practicado en la Historia de la NBA, los Lakers de los años Ochenta. Cuando el señor Riley abandonó los Lakers y se fue a buscar fortuna en los New York Knicks, se dio cuenta de una cosa: No podría reproducir el mismo estilo de juego en Nueva York, de velocidad y contraataque, porque no tenía en sus filas al genial Magic Johnson, ni al explosivo James Worthy, ni al veloz AC Green, ni al estilista Kareem Abdul Jabbar. Tenía a Patrick Ewing, que era un portentoso jugador, pero no era un hombre de contraataque. A ver, podías intentarlo, pero sus rodillas no iban a durar ni dos telediarios (luego duraron bastantes años, pero de hecho acabaron siendo lo que le retiró del Baloncesto). Ewing era un jugador potente, reboteador, defensivo a muerte, y decisivo hasta la médula. Y era el Dios de ese equipo. Riley comprendió que había que configurar el juego en torno a él, y así fue como formó una de las plantillas más rocosas que se recuerdan en la liga americana. Muchos le achacaron ese cambio en su estilo de entrenar, pero en realidad hizo lo que pudo con los ingredientes que tenía a su disposición.

Pat Riley, un engominado inteligente.

Si tienes limones, harina, levadura, y huevos, haces un bizcocho riquísimo. Si tienes sólo huevos haces una tortilla francesa, si tienes sólo levadura te comes los mocos, y si tienes sólo limones haces limonada. Si tienes melón, y jamón, haces todo lo posible para que esa mezcla funcione. Y si eres tan sortudo de poseer una despensa con todos los ingredientes necesarios para hacer una gran comilona, la haces.

Lo que no puedes hacer es intentar cocinar una tortilla de patatas si lo que hay en tus manos es caviar. Es decir (y ya paro de metáforas culinarias que me está entrando hambre), no puedes ajustar tu sistema a un equipo, a no ser que esta plantilla en cuestión tenga los jugadores necesarios para llevarlo a cabo. Es evidente que este combinado español ha jugado mejor cuando no ha estado tan encorsetado a tus sistemas. Pues entonces deja que el caviar fluya, hombre.

Y sé que ahora estoy pecando de pretender ser seleccionador, cosa que odio profundamente, pero tengo la sensación de que este hombre está más preocupado por no salir mal parado de esta experiencia, que por hacer realmente algo bueno de verdad.

Y esta es una de las cosas que no le perdono a Scariolo. Puedes equivocarte (o no, porque todo es subjetivo), en los planteamientos baloncestísticos, pero lo que no se puede dejar pasar es que sea tu ego el que esté guiando tus criterios.

El otro día observé uno de los espectáculos más denigrantes de esta Selección desde que es, por derecho propio, considerada una de las mejores del mundo. Dejarse perder contra Brasil de esa manera, sólo para no cruzarse en semifinales con Estados Unidos, es bochornoso. Para empezar, no entiendo cómo se puede ser tan poco humilde como para pensar que no cruzarte con Estados Unidos en Semifinales te garantiza una medalla de plata. Y para acabar, cuando vi a los norteamericanos jugar con toda su alma contra Argentina, celebrando todos los tantos en equipo, como tiene que ser cuando estás disputando nada menos que unos juegos olímpicos, entonces comprendí que ellos merecen llevarse este campeonato, de calle. Me alegraré si no lo hacen, y gana España, pero se lo merecen.

Y ésta es la otra cosa que no le perdono: Que haya convertido a una Selección Ejemplar, deportiva y personalmente hablando, en un cúmulo de especulaciones andantes. Ha contaminado el espíritu maravilloso que rodeaba a este combinado, y lo ha hecho justo cuando está a punto de cerrar una página Histórica (no le quedan muchos años, por mucho que nos pese, a Gasol, Navarro, Calderón o Reyes, por ejemplo), y podría culminarla con el único título que le falta. Igual no hubiera sido posible de todas maneras, pero desde luego demostrarían una mayor dignidad.

Escribí este artículo justo antes del cruce de cuartos que enfrentó a España con Francia, así que preferí esperar a que terminaran. Lo cierto es que la imagen fue aún más triste que la dada contra Brasil. Francia nunca tendrá tan a huevo ganar a España como ayer. Posiblemente el partido más aburrido que recuerdo haber visto a esta selección desde hace tiempo, no hay duda de que hemos pasado porque los franceses no tienen el nivel necesario para derrotarnos. Jugando así, de haber habido un equipo potente de verdad delante, nos habríamos ido a casa volando.

No obstante, estoy convencido de que estos cracks van a despertar en semifinales. No creo que se vayan de este campeonato sin jugar un gran partido. Además, juegan contra Rusia otra vez, y algo me da en la nariz de que les van a meter una paliza de escándalo. No lo digo con prepotencia. Lo digo porque he visto jugar bastantes partidos a estos hombres, y estoy seguro de una cosa: No cometerán los mismos errores que en su anterior partido con los rusos, en la fase de grupos.

Si España gana se enfrentará, casi seguro, a EEUU en la final, y casi seguro también, perderá. O quizá no, yo aún tengo esperanza. Pero lo que está clarísimo es que no será por mérito de Scariolo.
 



martes, 7 de agosto de 2012

El Montaje: La Magia del Cine

El montaje es, para mí, el momento más importante en la creación de una película. Muchos artistas consideran sus obras como hijos. Haciendo caso de ese paralelismo, podríamos decir que, en una película (tanto de corta como de larga duración), el guión sería la noche de bodas en la que concebiste a tu hijo, y el rodaje sería el parto necesario para que éste nazca. Lo más importante vendría a partir de ese momento, puesto que, una vez parido, ese niño tendría que recibir ciertos cuidados, ser operado de las enfermedades derivadas del embarazo, o de las que surjan en sus largos (o cortos), días de vida. Y por supuesto, habría que darle una educación. Ése sería el montaje.

Sergei Einsenstein
Kubrick dijo una vez que, en un oficio artístico como el cinematográfico, que bebía directamente de la Literatura, la Música, la Pintura, la Arquitectura, la Escultura, el Teatro y la Danza; el montaje se antojaba como la única aportación puramente original que el Cine había hecho a la Historia del Arte.

Es cierto que este proceso, llamado de Montaje o de Edición, no se da en ninguna de las otras disciplinas. Es decir, toda novela ha sido editada, y las canciones también, pero no describen el proceso casi milimétrico al que se ve sometida una película antes de ser llamada como tal.

Hay que decir que, incluso dentro del montaje, existen varios procesos que forzosamente acaban confluyendo. El montaje de sonido, la producción de la música, el ensamblaje de ésta en el metraje final, el etalonaje, e incluso hoy en día, la composición de efectos digitales. Pero al final todo pasa por la sala de Edición, y es allí donde se termina la cinta.

Porque una película no es una película hasta que no pasa por la sala de edición.

Al ser un oficio de naturaleza extraña, que intenta reproducir la realidad valiéndose de las imágenes que capta directamente de ella, las productoras cinematográficas se ven supeditadas a rodar sus productos de forma desordenada. Mucha gente no lo sabe, pero tú puedes iniciar el rodaje de una película filmando la escena final. Es más, un actor que interpreta a un personaje que muere justo antes de terminar la historia, puede empezar el rodaje haciendo precisamente la escena de su muerte. En muchas producciones españolas, cuando hay escenas de sexo, se opta por rodarlas al principio del plan de filmación, para pasar el mal trago lo antes posible, para "romper el hielo". Me parece una gilipollez suprema, y razón básica para que muchas escenas eróticas del cine patrio resulten bastante cutres (¿Cómo se puede pretender lograr un momento de complicidad entre dos actores a los que no les ha dado tiempo a conocerse, simplemente colocándolos en pelotas delante de un equipo de 30 personas vestidas a las que tampoco han tenido tiempo de conocer?), pero lo cierto es que se hace.

No se trata sólo de eso, sino que además tú puedes haber planificado rodar en una preciosa playa paradisíaca, y justo cuando estás a punto de poner el motor de la cámara en marcha, comienza a llover. Lo normal es que esperes a que termine de llover, pero si no sólo no lo hace, sino que la la lluvia adquiere tintes de tormenta tropical, tienes que coger tus bártulos y ceñirte al plan b (y más vale que lo tengas), lo que en el argot cinematográfico se llama "Cover". Normalmente, el cover suele ser una escena planificada en interior (de qué cojones te va a servir un cover en exterior si está lloviendo), que posiblemente no pensabas rodar hasta dentro de unos días, o quizá hasta el mismo final de rodaje.

Pero aún en los pocos casos en los que se consiguen rodar las escenas por estricto orden de guión, la película necesita pasar por el proceso de edición. No sólo para mezclar, de forma adecuada, los diferentes planos que se han realizado, sino para darle el ritmo y la narración que ésta requiere. Un montador profesional es alguien que puede darle una visión fresca a lo que el director tiene entre manos. Normalmente un director, cuando edita su propio film, tiene demasiado presente lo que le costó hacer cada una de las tomas que está montando. Mientras que él está obsesionado con alargar aquel plano secuencia de tres minutos que tanto tiempo (y dinero) invirtió en rodar, el montador busca algún plano que dé aire y fuerza, que complemente a ese tiro. Él no ha estado en la filmación. No se ha comido las broncas del Director de Producción porque te has pasado de presupuesto, ni ha tenido que esperar media hora a que algún meritorio encuentre al hijo puta que está jodiéndote el sonido trabajando con su sierra eléctrica, ni ha sufrido la brutal tensión provocada porque un actor ha tenido un accidente y no sabes si podrá continuar. Él sólo ve la película, y trabaja exclusivamente para ella.

De todas formas, yo considero que un director debe formar parte de este proceso, ya sea completa o parcialmente. Es vital para que el filme mantenga el espíritu que éste pretendía darle. Normalmente, un buen editor va a entender siempre qué necesita una película, pero el Director debe guiarle, del mismo modo que guía al Director de Fotografía y a los Actores durante el rodaje, o incluso al Guionista cuando no escribe él mismo el guión. Es más, y siguiendo con el ejemplo de antes, es posible que lo ideal fuera buscar una toma para airear ese plano secuencia de tres minutos, pero quizá lograrías crear una obra más personal si no lo hicieses. Al fin y al cabo, como bien sabían los cineastas franceses, muchas decisiones que se toman en el cine son una cuestión de moral.

Tengo amigos que consideran, de hecho, que cuando un director no participa en la edición de su obra, entonces ésta no es suya, sino del montador. Yo creo que esta afirmación es un poco exagerada, pero tiene algo de cierto: Si delegas toda responsabilidad en el ensamblaje de tu filme, entonces estás renunciando a buena parte de tu autoría. Es decir, como mínimo, el cincuenta por ciento de la narración de la historia se la debes al montador, y el resto es una mezcla entre tu autoridad como director, la predisposición del Director de Fotografía a rodar ese plano que le parece tan feo, o negociar con una actriz qué partes se ven de su cuerpo en una escena de sexo.

Por una parte está bien, ése ha sido el proceso de producción de muchas de las mejores películas que se han hecho en Hollywood, en donde el Director no era más que un mero operario, alguien que empalmaba un rodaje con otro, sin preocuparse de la finalización de la pieza que estaba liderando. No tengo nada contra esa forma de hacer las cosas, y de hecho la considero una de las causas por las que las series de televisión le están dando sopas con hondas a las obras cinematográficas hoy en día. Cuando tu serie está escrita por los mejores autores de novela policíaca, dirigida por auténticos genios consagrados en HBO, y editada por gente de la misma compañía, te sale The Wire. También te puede salir un churro, si no hay un productor ejecutivo que ponga a todos en vereda, pero lo cierto es que es muy difícil que no resulte algo bueno de ahí. Y al fin y al cabo, éste es un arte colectivo, le pese a quien le pese.

Por otra, yo reconozco que no concibo mi pasión por hacer películas (o peliculitas cortas en mi caso), sin formar parte activa del proceso de guión, y sobre todo del de montaje. Para mí, un rodaje es un dolor de huevos constante desde el día en que empiezas a planificarlo, y que no hace sino empeorar conforme empiezas a rodar de verdad. Todos y cada uno de los días vives momentos apasionantes que te hacen olvidar ese dolor testicular durante unos instantes, pero al final de la jornada, siempre vuelve (de hecho, al principio lo comparé con un parto, que es siempre un proceso doloroso). Y no se cura hasta que, por fin, terminas.

Y entonces llega el montaje y ya no te duele nada. Es más, todo te parece bonito, porque ya has terminado el puto rodaje, y por fin, estás cara a cara, tú y tu película. Cualquier problema que surja, por grande que sea, se puede arreglar en montaje. No puedes hacer milagros, es decir, no puedes mejorar la interpretación de ese actor que, por lo que coño sea, ese día no estaba en condiciones de hacer bien su trabajo. No puedes fabricar un plano de donde no lo hay. Si lo rodaste, lo puedes utilizar, si no, te jodes como Herodes.

Pero aunque no hay lugar para milagros, desde luego sí que lo hay para la Magia. De hecho, y aquí me van a perdonar los profesionales o aspirantes a cualquiera de los oficios cinematográficos que lean esto, pero si existe magia en el cine es gracias al Montaje.

Esto lo descubrí cuando grabé mi primer corto, un fin de semana con unos amigos. Entonces no tenía ordenador, y no sabía cómo capturar las imágenes, y mucho menos editarlas. Por suerte, mi tío Carlos Amil, que aparte de ser Director, es Montador profesional (y profesor de la materia), se ofreció para ayudarme a darle forma a la mierda contante y sonante que yo pretendía llamar cortometraje. Había en ella una escena de acción, en la que yo entraba con una pistola y mataba a un tontolavas (y a fé que el tipo lo era). Lo que había grabado era un plano aburridísimo en el que yo disparaba, la cámara giraba a la derecha, el tipo se dolía del supuesto balazo, la cámara giraba de nuevo a la izquierda, yo volvía a disparar, la cámara retornaba a la derecha, y el tontolavas caía y se moría. Lo rodé así adrede, porque pensé que sería una cosa muy bonita, de autor, y que todos fliparían con mi pulso narrativo, pero lo cierto es que era un coñazo soberano de plano. Y además, no parecía ni de broma que yo me hubiera cargado a nadie. Carlos lo tuvo claro. Hizo un corte por aquí, otro por allá, quitó los infumables giros de cámara, y la escena quedó tal que así: Yo entraba, disparaba y el tontolavas caía muerto. Una escena de acción como Dios manda, que había pasado de tener un solo plano de casi cuarenta segundos, a tener tres que juntos apenas sumaban siete segundos.

Fue la mayor lección de cine que he recibido nunca, y aún hoy la tengo en cuenta cuando hago cualquier trabajo.

Y es que una escena de acción, o de terror, o de amor, o incluso una bonita línea de diálogo, no tienen razón de ser hasta que el montaje no les ha dado su magia.

Un espectador sufre en Scarface, cuando Tony Montana (Al Pacino) es obligado a mirar cómo le cortan la cabeza con una sierra eléctrica a su primo. Pero el espectador no ve la sierra cortar la cabeza. La ve acercándose, y luego la cara de Tony manchándose de sangre. Esto es mucho más aterrador que si nos mostraran cómo la sierra atraviesa el cráneo.

Es imposible no vibrar con la escena en la que Michael está a punto de cargarse a McCluskey y a Sollozzo, en El Padrino. Ellos le hablan, pero él sólo es capaz de escuchar el sonido de un tren que se acerca. Es un efecto de sonido en el que nadie cae, pero absolutamente todos los espectadores comprenden gracias a él que la adrenalina de Michael va creciendo a medida que se aproxima el momento de la verdad. La matanza final se antoja como una especie de catarsis para el personaje, gracias a la música de Nino Rota.

El monólogo de Rutger Hauer en Blade Runner no sería tan maravilloso si el espectador no observara esa reacción de Harrison Ford al escucharlo, rendido ante la evidencia de su discurso: Todos tenemos miedo a la muerte.

Esos y otros momentos son mágicos gracias al ensamblaje de todos los elementos narrativos. Todo el trabajo realizado por cada uno de los técnicos que participaron en la obra, se resume en la elección de qué planos componen la narración. En la elección de en qué momento mostramos al personaje hablar, o cuándo decidimos que preferimos enseñar al que le escucha. O en qué parte de la escena vamos a introducir la música. O un efecto de sonido. Y las variantes son tantas como movimientos existen en el ajedrez. Puedes montar una escena de una manera, pero si te empeñas, encontrarás la forma de hacerla radicalmente distinta.

Hay quienes son defensores del montaje interno. Es decir, de escenas que apenas tienen cortes, que muestran en un sólo plano a dos o más personajes, y que el espectador se encarga personalmente de elegir a quién quiere mirar. Bueno, es un aspecto más, una forma más de hacer las cosas. Si haces cortes, si marcas en qué plano aparece un actor y en cuál aparece otro, y además los ordenas cronológicamente de la forma que te interesa, estás dirigiendo la mirada del espectador. Si los pones a todos en el mismo plano, le dejas elegir, pero ojo, esto no tiene por qué ser siempre un aspecto positivo. A veces el carisma de un actor eclipsa al que tiene enfrente, aunque sea este último el que esté entonando el diálogo. Y esto es algo de lo que no sueles darte cuenta en plena vorágine de una filmación, sino en la tranquilidad de una sala de Montaje. No siempre es malo que un actor eclipse a otro, pero si tienes una pata más larga que la otra, lo normal es que andes cojeando.

Hay cineastas, como por ejemplo Martin Scorsese, que aprovechan este proceso para "reescribir" la película. Evidentemente no hablamos de escribir nuevas líneas de diálogo, pero sí de reestructurar la trama, de decidir en qué momento aparece una escena u otra. En Uno de los Nuestros, decidió iniciar la película mostrando parte de una escena que pertenecía al punto medio del metraje de la cinta. Pensó que sería una forma rompedora de empezar, que metería al espectador de lleno en la historia, y así fue. En Casino fue más allá, encerrándose durante doce meses con su montadora, la genial Thelma Shoonmaker, y reorganizando de principio a fin todas y cada una de las secuencias.

Einsenstein, Vertov, y Griffith, tres cineastas que forjaron su carrera en la época muda, hicieron del montaje el elemento principal de sus obras. En efecto, ellos pretendían distanciar al cine de sus referencias a otros artes. Justo cuando este camino estaba alcanzando cotas sobrenaturales, con películas rodadas por genios como Murnau, Lang, Hitchcock o Dreyer, por citar unos pocos, llegó el cine sonoro y lo cambió todo. Para bien o para mal, entraron en juego nuevos elementos que hicieron del Cine un arte renovado. El propio Hitchcock reconoce que la llegada del sonoro supuso una involución para la industria, en cuanto a la calidad de las películas que se producían.

Pero al final, todo seguía reduciéndose a lo mismo. El Cine fagocitaba a las demás artes, pero seguía manteniendo un aspecto que, al mismo tiempo que hacía confluir a todas ellas, marcaba grandes distancias con las mismas: El montaje.

Martin Scorsese y Thelma Shoonmaker.